La expansión del imperio inca no hubiera sido posible sin un eficiente sistema de comunicación que se propagara a medida que crecía su territorio y poderío. Es cierto pero muchos no saben que los caminos denominados incas, fueron construidos por señoríos anteriores a ellos. Sin embargo nadie puede dudar que toda la construcción inca incluyendo los caminos alcanzaron un grado de ingeniería nunca alcanzado hasta nuestros días. Ellos trascendieron su propósito utilitario y se convertía en verdaderos símbolos de dominio y grandeza sobre los territorios conquistados.

Esto se comprueba de manera latente en el Capac Ñan. La habilitación de los 25.000 km de caminos que unían el Cusco con las cuatro esquinas del imperio, que en conjunto se conocía con el termino quechua Capac Ñan, has ido considerado como uno de los retos de ingeniería más grandiosos de esta parte del globo, y rivaliza en magnitud con el sistema de caminos de los romanos en el viejo mundo. Alguno de los tramos se desarrolla a alturas superiores a los 5000 m.s.n.m. y sirven de vías de conexión entre cuencas o como rutas de acceso a santuario en las montañas

El cronista español Cieza de León escribió lo siguiente:

“ Dudo que en la memoria de la gente haya registro de otro camino comparable a este, atravesando profundos valles y elevándose sobre altísimas montañas, a través de montones de nieve, pantanos, roca viva y ríos turbulentos”

Esta gigantesca red de vial podía llevar a gran velocidad las noticias de una sequía en los confines del Tahuantinsuyo y traer las provisiones para alimentar comarcas lejanas o alertar de disturbios en curacazgos distantes y trasladar a los poderosos ejércitos imperiales para sofocarla. Se dice que en algunos de sus ramales que unía las caletas costeras con los andes podían permitir el lujo de poner pescado fresco en la mesa del inca en solo unas horas de ser capturado.

Los caminos, así como los tambos y otras instalaciones distribuidas a lo largo de ellos, fueron concebidos como una unidad y evidenciaban un planteamiento estatal a gran escala, mucho mayor en dimensión a todo lo visto hasta entonces. La columna vertebral del Capac Ñan está abierta o camino principal que unían las Ciudades de Cusco y Quito (Ecuador) a través de los andes, y una gran ruta costera que corría paralela al océano. Un sin número de caminos secundarios que conectaban estas dos grandes rutas y lanzaban ramales que se extendían hacia lugares tan distantes como el noroeste argentino y el sur de Chile.

El Capaq Ñan dejo impresionados a los conquistadores que se internaron en territorio peruano, Ningún otro camino ostentaba tal despliegue de construcción y acabados: terraplenes para vadear bofedales y extensas zonas pantanosas, puentes colgantes construidos con paja trenzada a mano, fastuosos empedrados y larguísimas escaleras labradas en la piedra madre (una alternativa altamente eficiente al no conocer la rueda) para resolver las pendientes empinadas.

Su ancho variaba de acuerdo a la topografía, en la escarpada selva nubosa se construyeron rutas de vértigo casi colgando de los acantilados rocosos; en el desierto, donde no llueve nunca, los ingenieros prescindieron de la piedra y desplegaron su red con una anchura de 3 a 10 m. señalizando sus límites con hileras de rocas , estacas de madera. En los andes por el contrario al aproximarse a lugares poblados o agrícolas, los caminos alcanzaban su mayor prestancia: Se encausaban entre altos muros de adobe o piedra para evitar estropearse los cultivos.